Compartiendo en Comunidad: El Reflejo del Amor de Cristo
En el corazón de nuestra comunidad cristiana, la mesa compartida y los momentos de oración son el reflejo vivo del amor y la compasión de Jesús. Nos reunimos con el propósito de nutrir tanto el cuerpo como el alma, abrazando el mandato celestial de amar al prójimo. Cada encuentro es una oportunidad para servir y unirnos, simbolizando la unidad y el compromiso de seguir los pasos de Cristo.
Este espacio sagrado de comunión va más allá de la alimentación física; es un acto de amor que fortalece la fe y fomenta la solidaridad. Al compartir el pan y nuestras vidas, reflejamos la bondad y la misericordia de Cristo, y reafirmamos nuestra misión de ser luz y esperanza en el mundo.