Servicios a la comunidad
Comedor comunitario
Siguiendo una perspectiva cristiana e imitando el amor y la compasión de Jesucristo, personas de la comunidad se reúnen para compartir alimentos y hacerse compañía unos con los otros. El objetivo principal es brindar una alimentación adecuada a aquellos que lo necesitan, especialmente a personas en situación de vulnerabilidad. Además, como una muestra del amor de Cristo hacia la humanidad, fomentar la solidaridad e inclusión social para lograr un ambiente acogedor y colaborativo para todos.
Hogar de ancianos
Un espacio donde los ancianos encuentran un alojamiento digno, atención médica, actividades recreativas y compañía. El apoyo necesario para disfrutar de una vida plena, demostrando así el amor y la compasión de Cristo.
Arte y cultura
En este espacio, la creatividad se entrelaza con la diversidad cultural buscando enaltecer al Creador. Niños, jóvenes y adultos alaban y glorifican al Creador gracias a las enseñanzas de danzas, músicas, poesías y obras escénicas. El arte enriquece la vida de la comunidad, fomentando la expresión individual y colectiva, reflejando la belleza y la creatividad de aquel que nos creó a su imagen y semejanza.
Como comunidad, seguimos el ejemplo de los primeros cristianos descrito en Hechos 2:44-45. Esto significa estar dispuestos a compartir nuestros recursos y ayudar a los necesitados. La generosidad es una parte integral de nuestra vida diaria, y el servicio a los demás es una expresión tangible de nuestro amor por Dios y por nuestros semejantes. Al servir a la comunidad y a los menos afortunados, demostramos la gracia y el amor de Cristo en acción.
Oración y adoración: Como comunidad, buscamos una vida de oración constante y adorar a Dios en espíritu y verdad, siguiendo el ejemplo de Jesús (Juan 4:24)
La oración es nuestra comunicación directa con Dios, y a través de ella, expresamos nuestra dependencia, gratitud y confianza en Él. La adoración va más allá de los cánticos en el culto; es un estilo de vida en el que reconocemos la grandeza y santidad de Dios. Al dedicar tiempo a la oración y la adoración, fortalecemos nuestra relación con el Creador y experimentamos su presencia en nuestras vidas.
